Como nos anunciaban The Buggles en su tema “video killed the radio star”, la llegada de la imagen destruyo tu corazón, y es que una imagen vale más que mil palabras, y si son escritas, más de mil millones de palabras diría yo.
Pero seguimos escribiendo y escribiendo, cuando la audiencia y la tecnología van por otro camino. Sí, ya nadie lee si puede ver un video de 1 minuto donde se transmite la información, y es que no tenemos tiempo y además añadiría, tampoco tenemos ganas de perderlo. Si además le sumas que normalmente no resulta atractivo leerse el comunicado de turno en un mundo sobre saturado de información, el éxito se antoja improbable.
Y mientras tanto, seguimos poniendo comunicados en el tablón de anuncios, ese reducto indestructible de comunicación 1.0 que además sigue siendo de obligado cumplimiento por ley, y que en muchas empresas es el único medio para trasladar información. En muchos casos se pone en el sitio de más difícil acceso, o lo que es peor, se llena de papeles y más papeles que cambian de color por el paso del tiempo. Pero es que no nos damos cuenta que no funciona!! Luego, claro, queremos que todos estén al mismo nivel de información y no nos damos cuenta que nadie lee o en el peor caso, no se entiende.
Esa falta de comunicación formal o comunicación invisible si no llega a quien tiene que llegar, da paso a ese monstruo incontrolado que es la comunicación informal, su alter ego.
No se trata de pasar de no comunicar o hacerlo ocasionalmente a bloquear el mail con mensajes (que tampoco funciona), sino establecer una estrategia clara de comunicación, que sea útil y que llegue a la audiencia con la cadencia y el contenido definido. La apuesta es clara, y el acceso a la tecnología lo pone fácil, así que solo queda hacerlo con un poco de arte.
En este sentido, es muy recomendable la segmentación del colectivo al que va dirigido el mensaje. Ya no se puede ser generalista en una sociedad que dispone de la tecnología que permite discriminar la información que quiere o necesita, y para poder hacerlo, hay que conocerla bien.